“Nuestra pequeña voz hace eco”: #YoSoy132 Montaña y Costa Chica

Jaime Quintana Guerrero

San Luis Acatlán, Guerrero. “La minería sigue amenazando a los pueblos y nosotros seguimos con la chispa prendida para actuar en defensa de nuestras comunidades”, declara Luis Alberto Ramos, miembro del movimiento Yo soy 132 de la Costa Chica y Montaña, en entrevista con Desinformémonos.

La Costa Chica y Montaña de Guerrero acumula una variedad de resistencias en la historia del estado. También alberga las luchas de independencia –aquí se firmó el Plan de Ayutla-, los lugares que hospedaron a Vicente Guerrero y las luchas cívicas y de liberación nacional impulsadas por el maestro Genaro Vázquez Rojas, así como el proceso de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias- Policía Comunitaria.

Son muchos los jóvenes que heredaron la historia de participación de sus pueblos, señala Ramos, originario de San Luis Acatlán y quien, junto  con otros jóvenes indígenas y mestizos, conformó el movimiento #YoSoy132 de la Costa y Montaña.

Su historia comenzó cuando “nos enteramos de los sucesos en la Universidad Iberoamericana. Los que pudimos, leímos lo que pasó en la ciudad de México, por medio de las redes sociales”, relata Luis Alberto Ramos. “Conocimos que los jóvenes se empezaron a organizar, levantar la voz y participar más activamente en la vida política del país”.

Los jóvenes, al ver la respuesta en varias ciudades, convocaron a sus amigos para analizar la situación en México. “Fue en mayo de 2012, en la plaza principal de San Luis Acatlán, que nos juntamos con la idea de recuperar los espacios públicos para los jóvenes. Algunos tenían miedo de hacerlo enfrente del ayuntamiento y hablar contra el gobierno”, recuerda el estudiante.

En esa pequeña reunión  llegaron a la conclusión de que debían participar en el movimiento iniciado en la Iberoamericana, ya que como jóvenes tiene los mismos problemas, además de la minería, muy grave en su región. “Se realizó un congreso del #YoSoy132 en ‘Las Islas’ de Ciudad Universitaria, en el que se comienzan a incorporar la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional. Después se publicó la declaración política del movimiento y vimos que hay un apartado de la defensa de los territorios indígenas”, explica Ramos. “Fue ahí cuando dijimos, vamos a participar”.

Los jóvenes participantes en el movimiento local de las Costa y Montaña de Guerrero oscilan entre los 17 y 24 años, “todos chavos de comunidades, que vimos que las cosas están mal, que se estaba imponiendo un candidato y que nos marcarían lo que debemos hacer. Así nos incorporamos al movimiento”, detalla el entrevistado.

Los jóvenes guerrerenses empezaron a establecer relaciones con el #YoSoy132 l Distrito Federal, Acapulco e Iguala. Su primera tarea fue realizar campañas de información. “Bajamos de la red videos sobre el movimiento que los chavos de los estados subieron. Los proyectamos en la plaza del zócalo del ayuntamiento y en las preparatorias, y así llegamos a más chavos”.

Luis Alberto Ramos, quien fue uno de los iniciadores del movimiento, señala que “decidimos hacer una movilización el 25 de mayo para que se dieran cuenta de que estamos aquí, e incorporar las ideas del municipio al movimiento nacional”. Para ese entonces fueron 50 jóvenes activos que se dieron a la tarea de llevar la voz  y el planteamiento de su organización a las comunidades. “Invitamos a los estudiantes de la Universidad de los Pueblos del Sur, de la Universidad Pedagógica Nacional, de la Intercultural de la Ciénega, a las comunidades y a las preparatorias populares que existen en la Montaña a una movilización el 13 de junio de 2012. Logramos convocar a 400 estudiantes de la región”.

La demanda principal, explica, fue un rotundo “No” a las mineras. “Para nosotros es más complicado convocar a movilizaciones rápidamente”, expone Ramos. “No es como en la cuidad, no contamos con internet. Fuimos a hacer trabajo de convencimiento en las comunidades, para explicar que no es asunto de los partidos políticos, ni con fines de lucrar, y que tampoco se preparaba a algún candidato”.

Una vez que se entendió la lógica del movimiento, añade Luis Ramos, “se hizo la propuesta con los chavos de las comunidades, que si en aquella comunidad existe una preparatoria popular, pues vamos; allá existe otra, vamos también. Así crecimos”.  Los jóvenes organizadores contaron con el respaldo de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias –Policía Comunitaria. “Nos prestaron sus camionetas y la gasolina para difundir en la Montaña”, recuerda.

Luis Ramos señala que para seguir estudiando, los jóvenes de la Montaña tienen que emigrar. Eso “nos debilitó en diciembre. Quedamos como treinta y decidimos conformarnos en un colectivo para seguir trabajando con las ideas de movimiento #YoSoy132. Ahora nuestro lema es hacer y servir, informar y en asamblea decidir en consenso todos”.

Los guerrerenses piensan en hacer un evento en San Luis Acatlán e invitar a otros colectivos del #YoSoy132, “para que vean que sigue vivo el movimiento, que aunque parezca que anda frío seguimos haciendo cosas y vamos avanzando poco a poco”, explica Luis Ramos.

Algunos jóvenes del movimiento ahora participan en sus comunidades, señala Luis Alberto Ramos. “Fue un movimiento que sirvió para que los jóvenes comenzaran a participar en la vida de su comunidad y del municipio. A pesar de ser un movimiento con muchas dificultades, nuestra pequeña voz hace eco”, concluye el estudiante.

Publicado el 02 de diciembre de 2013

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