Los maestros frente a un modelo empobrecedor

Jaime Flores Durán

Ciudad de México. El conjunto de contrarreformas que tienen como objetivo aniquilar los residuos de la Constitución de 1917, tienen como punto central la desarticulación de la clase trabajadora del país, por un lado, y por otro exterminar los derechos laborales, sobre todo el de la estabilidad en el empleo; en el caso de la educación este proceso inicia desde 1993 con el Acuerdo para la Modernización Educativa, firmado entre el régimen espurio del expresidente Carlos Salinas de Gortari y su incondicional Elba Esther Gordillo Morales. Ahora, el régimen de Enrique Peña Nieto pretende culminar este proceso con una “reforma educativa” que no es tal porque no toca siquiera el tema de la cobertura educativa que excluye a 6 millones de niños de acudir a la escuela, muchos menos la transparencia del uso de los recursos y la pertinencia de los contenidos.

Estamos también, en el terreno del servicio docente, ante una disputa por la subjetividad del mismo profesor y del estudiante. Es la pérdida de la mentalidad de compromiso social, de la promoción del individualismo y el abandono de referentes colectivos que caracterizaron, aún con peros, antaño al profesorado. Se trata de promover la competencia y el desarrollo del “más apto”. El docente ha perdido, en gran parte debido a las mediciones y a la mentalidad gerencial de sus autoridades en la escuela, la soberanía áulica. Existe miedo en el profesorado, entre otras razones, ciertas o no, por la inseguridad de su propia formación. El discurso culposo de la responsabilidad pasó de ubicar al alumno como el responsable de las fallas (en los setenta), a endilgarle al profesor los malos resultados, lo cual nos habla de lo relativo del discurso pero ¿quién evalúa al sistema? ¿Dónde está una evaluación de 360 grados?

El modelo educativo ofertado es empobrecedor de la educación integral, amenazante del trabajo docente, se promueve la “idiotez experta”, como diría Ernest Mandel.  El fin ideológico-hegemónico también es “que veamos las cosas (en este caso la educación) de tal manera en que se haga inútil verla de otro modo”,  así se elimina una condición sine qua non de la educación: la crítica. Sin ella la educación es un cadáver pestilente. Se trata de disputar también la subjetividad. La pregunta es ¿cederemos?

El gobierno está provocando la radicalización de las protestas, las declaraciones de Emilio Chuayfett, secretario de Educación, fueron de franca agresión e intimidación cuando amenazó con despedir a los maestros que faltaran a las escuelas por participar en las protestas. Después Peña Nieto, en el mismo tenor, fustigó a quienes se manifestaban en la Autopista del Sol y sostuvo que “la ley no se negocia” y que “el empleo de la fuerza pública es el último recurso sobre el cual tiene el Estado no sólo atribución, sino obligación de hacer valer para respetar los derechos de toda la ciudadanía”. Todo esto genera más inconformidad en el magisterio y lo dispone a la lucha tenaz en la que el movimiento social de Guerrero y la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) han desplegado la muestra con la conformación de un movimiento sui géneris, articulado y organizado en el Movimiento Popular Guerrerense (MPG), al que se ha sumado la Policía Comunitaria.

El MPG, constituido el 10 de Abril por sindicatos, el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Parota, el Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, el Frente Único Estatal de Representantes Sindicales Autónomo y la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), creada en 1995 en la Costa Chica y la Montaña del estado se perfila como un movimiento autogestivo, que condensa la experiencia organizativa que conoce la represión brutal de los regímenes priistas encabezados por los Figueroa, que aún influyen en la política local. Inédito porque hasta ahora ningún movimiento social había incluido a un grupo de policía para su seguridad. “Somos pueblo y defendemos al pueblo”, dice Eliseo Villar Flores, coordinador de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán.

Este nuevo embate al magisterio ya se vislumbraba a raíz de la “reforma laboral”, ante la cual interpusimos cientos de miles de amparos. Las diferentes secciones de la CNTE estamos luchando por todas las pistas posibles, por lo que también se han interpuesto miles de amparos; y habrá más al aprobarse la ley reglamentaria sobre el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y las reformas a la ley General de educación, esto es así porque también recientemente se aprobó una nueva ley de amparo.

La reforma educativa impuesta por la tecnocracia internacional destruye derechos laborales de los docentes y elimina el concepto de gratuidad, fractura la herencia social de la Revolución Mexicana, imponiendo una orientación privada de la educación que sirva a la economía capitalista actual, al grado de que el empresario entre al “negocio” de la educación, como siempre, pero ahora también desde la concepción de la educación misma. Se trata, aún más, de tratarla como negocio manejado por privados, como el CENEVAL y toda la “industria educativa que lo acompaña”, incidir en los contenidos y hacer crecer la educación privada para, de alguna manera, obligar a los gobiernos estatales con el empresariado de su región, para que devoren la educación pública.

Peña Nieto cierra los espacios al diálogo y la negociación, sobre todo en el estado de Guerrero, donde ya hay ordenes de aprehensión contra los dirigentes de la CETEG, como Minervino Morán, integrante de la CNTE y que abre, necesariamente más frentes de lucha en el país, porque los trabajadores disidentes del SNTE, de la Sección III de Baja California Sur, han sido desalojados del edificio que ocupaban el pasado viernes 19 de abril, con el concurso de cientos de golpeadores armados con diversos objetos contundentes, dirigidos por los viejos charros del sindicato. La línea está marcada. No es sólo el gobierno federal quien instrumenta la represión, ya se han sumado los estatales y el charrismo, aún con la maestra Gordillo presa.

Lo anterior obliga a la coordinación más eficaz de las secciones y contingentes de la CNTE con presencia mayoritaria en el centro y sur del país. El DF, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas discuten el paro indefinido de labores, los acontecimientos se precipitan y nos obligan a realizar cambios en los planes de acción y en la resistencia. Por ahora el plan de acción aprobado es:

  1. Congreso Nacional de Educación de la CNTE. 25, 26 y 27 de Abril, sede nacional de la CNTE, Belisario Domínguez 32 y Zócalo del DF.
  2. Marcha Nacional del Día del Trabajo, 1° de Mayo. 9 horas, recorrido por definir.
  3. Marcha Nacional de la CNTE. 6 de Mayo, 9 horas, Ángel de la Independencia al Zócalo.
  4. Día del Maestr@, Marcha Nacional. 15 de Mayo, San Cosme-Zócalo.
  5. Publicado el 6 de mayo de 2013

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