“Desobedecer”, lo que queda ante la nueva ley laboral: Héctor de la Cueva

Adazahira Chávez

México, DF. Después de poco más de un mes de disputas, alianzas y desencuentros entre los partidos políticos y los sindicatos corporativos, los diputados aprobaron una minuta de reforma laboral “totalmente neoliberal, sin siquiera el disfraz de la transparencia sindical”, señala Héctor de la Cueva, coordinador general del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS).

El documento aprobado por los diputados pasará a trámite al Senado, donde hay dos escenarios posibles, indica De la Cueva: que esta cámara se reserve para una discusión posterior los artículos referidos a democracia y transparencia sindical que modificaron los diputados, y apruebe el resto del documento; o que diga que está totalmente de acuerdo con la minuta y se pida a la Presidencia de la República que promulgue la reforma.

Los artículos que modificaron los diputados resuelven el descontento que tenían los sindicatos “charros” con la propuesta de reforma, que los obligaba a rendir cuentas a los trabajadores  y debilitaban las estructuras del contratismo de protección. En este fenómeno, los trabajadores pueden estar afiliados a un sindicato sin saberlo, que negocia contratos “a la carta” hechos para satisfacer las necesidades del empresario. Se calcula que 90 por ciento de los contratos existentes son de este tipo.

El documento enviado a los senadores introduce la posibilidad de que el voto para elegir al sindicato que representará a los trabajadores no sea directo y secreto; además, elimina la obligación de que los trabajadores conozcan el contrato colectivo de trabajo antes de firmarlo, que era “la parte que más le pegaba a los sindicatos simulados”, apunta el coordinador del CILAS.

A la rendición de cuentas “se le quitaron los dientes para darle gusto a la charrería y a los empresarios”, señala Héctor. “Si los charros existen todavía es porque a los empresarios les conviene”.

El experto laboralista señala que esta reforma “totalmente retrógrada” viola directamente al artículo 1 de la Constitución, que señala que los derechos son progresivos, “y por supuesto al artículo 123”, que regula el trabajo.

“Esta reforma es totalmente neoliberal, no le dejaron ni el disfraz de la transparencia”, apunta De la Cueva, que señala que se introducen las modificaciones al trabajo pero se mantiene intacto el viejo sistema corporativo.

El nuevo presente

El entrevistado recalca que esta reforma implica que haya una nueva Ley Federal del Trabajo, ya que se modifica en más del 60 por ciento. Frente a esta nueva realidad “se viene un llamado a rebelarse y desobedecer”, señala.

Las acciones que se prevén consisten en interponer miles de amparos, individuales y colectivos, así como recursos jurídicos internacionales para frenar la reforma.

“Está en veremos hasta dónde resistirán los trabajadores en una lucha que es para los años que vienen”, y no para solamente unas semanas, advierte De la Cueva. Señala también que se deben defender los contratos colectivos de trabajo existentes porque están por encima de la ley. El problema que se presentará en este punto es que la mayoría de la gente no tiene estos contratos y que los que sí los tienen serán presionados para negociarlos a la baja.

Ante la pregunta de hasta dónde llegarán las organizaciones sindicales democráticas que quedan en el país en esta defensa, el laboralista señala que hay muchos obstáculos burocráticos. “Se necesita una recomposición sindical que permita acciones más contundentes”, finaliza Héctor De la Cueva.

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