¿Qué espacio tienen las organizaciones de base en Venezuela?

Sofía Sánchez

México. Los resultados electorales para la presidencia de Venezuela representan un reto no solamente para el ganador Chávez, sino para las organizaciones de base, que se encuentran ante los beneficios que ha traído el chavismo para las clases populares y el poco campo de acción que deja para quienes no comulgan con él.

El domingo 7 de octubre fue un día histórico para Venezuela, electoralmente hablando, porque tuvieron lugar los comicios con mayor número de votantes en su historia, 80.67 por ciento del padrón electoral se presentó a emitir su voto, es decir, 18 millones 903 mil 143 venezolanos. Y si bien la diferencia ente el ganador, Hugo Chávez, actual presidente, y Henrique Capriles, candidato de la oposición, fue de 11 puntos porcentuales, la diferencia entre los candidatos es de sólo 1 millón 637 mil 62 votos.

De acuerdo con el historiador venezolano Tomás Straka, “los resultados electorales casi son más alentadores para la oposición que para el gobierno”, ya que “subió en más de dos millones”. Queda la duda de la capacidad de movimiento que les otorgará el gobierno chavista a esta oposición, que es “generalmente acusada de no ser independiente y tener intereses norteamericanos”, como explica el sociólogo venezolano Rómulo Sánchez.

Pero además de esta oposición electoral, identificada con la derecha, Venezuela tiene una fuerte historia de movimientos y organizaciones de base progresistas. Al respecto, continúa Straka, “desde 1980 poco a poco se desarrollaron organizaciones de carácter comunitario y cooperativo, desde grupos eclesiales de base inspirados en la Teología de la Liberación, hasta miembros de lo que fue la izquierda cristiana; además, exguerrilleros buscando un reacomodo después de la pacificación crearon numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG) de carácter popular.”

De estas organizaciones, informa el historiador, “algunas evolucionaron hacia lo político, como PRO-CATIA, y otras se mantuvieron en sus áreas específicas. En buena medida, ese movimiento alimentó al chavismo, que debe leerse como un piélago de diversas corrientes, en un principio difícilmente vinculables (desde militares de extrema derecha, a grupos de extrema izquierda), que confluyeron en una especie de ‘movimiento de movimientos’”.

El académico señala que el proyecto de Chávez tomó la bandera de lo comunitario y del Estado comunal -que en Venezuela impulsó inicialmente la izquierda cristiana-, “y por esa vía propuso la formación de numerosas cooperativas en los primeros años de su gobierno, que al momento, casi todas han quebrado, y después de los consejos comunales como células iniciales de organización administrativa. Esto ha impulsado lo comunitario y muchas personas se benefician positivamente con sus trabajos de mejora de lo público”.

Esto ha tenido como consecuencia, indica Straka, que incluso la empresa privada busque ahora un espacio en lo comunitario: “Los bancos comunales están siendo muy exitosos. Iniciativas como las de la Fundación Santa Teresa, en los Valles de Aragua, o la Fundación Polar, en Barlovento, han creado emprendedores que están mejorando sus vidas”.

La cuestión, apunta el académico Carlos Pacheco Pacheco, es que “para contar con financiamiento y apoyo, las organizaciones de base deben afiliarse al pensamiento y las líneas de acción y propaganda del oficialismo. De lo contrario, son combatidas y presionadas. Muchas ONG independientes, con intereses ecológicos, educativos o de defensa de los derechos humanos, han sido despojadas de apoyo o combatidas por recibir fondos de entidades internacionales, por el hecho de no estar acopladas a las directrices gubernamentales. Un ejemplo de esto es AVESA (Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa)”.

Sin embargo, apunta el periodista Miguel Ángel Campos, aunque “la organización de base no existe fuera del amparo de los proyectos del propio gobierno, éste es el empleador de 2 millones y medio de personas; hay libertad de expresión, pues es un gobierno desideologizado, contra lo que pudiera esperarse”.

Sánchez reitera que en su apreciación, “en Venezuela hay libertad de prensa y expresión. Desde luego está el famoso caso de Radio Caracas Televisión, que tenía una clara línea en contra del régimen de Chávez, y sí se siente en la sociedad venezolana como una pérdida, porque de una forma u otra balanceaba la prédica de estas cadenas del presidente que se ven como una imposición, en el sentido que hay que acatarlo porque se trata de él. Por lo demás, yo siento que Venezuela siempre ha sido una democracia donde la gente puede expresarse libremente. El problema en Venezuela no es el de la libertad de expresión”.

Publicado el 15 de Octubre de 2012

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