México DF. A pesar de que las taquillas del Museo Nacional de Antropología e Historia fueron reabiertas por policías auxiliares, investigadores y arquitectos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) –quienes desde hace un mes mantienen en este museo un movimiento para concientizar a la ciudadanía de los abusos cometidos por las autoridades de esta instancia en contra del patrimonio histórico del país- seguirán “pidiendo el apoyo de la gente y recabando firmas”.

“La difusión de nuestro movimiento ha tenido buena aceptación entre la gente y con las redes sociales”, explicó a Desinformémonos Guillermo Molina, antropólogo y miembro del comité ejecutivo de investigadores del INAH, por lo que “a pesar de que la taquilla ya está de nuevo abierta y se está cobrando la entrada, la gente sigue firmando el manifiesto por la defensa de los bienes arqueológicos históricos. El hecho de que esté abierta o no la taquilla, no cambia nuestro movimiento”.

Desde hace más de un mes, investigadores y arquitectos del Instituto INAH realizan una toma “civil, pacífica y educativa” de las instalaciones del Museo Nacional de Antropología e Historia, como parte de la campaña de concientización acerca de los abusos a centros antropológicos e históricos, cometidos por las propias autoridades del instituto. Tales abusos serán denunciados ante la Procuraduría General de la República (PGR), puesto que violan la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, así como la Ley Orgánica del INAH, precisan los impulsores de la protesta.

Los principales señalados por el movimiento, y recipientes de la denuncia, son el director general del INAH, Alfonso de María y Campos, y la coordinadora Nacional de Arqueología, Nelly Robles García.

A partir del anuncio de la creación de un museo privado encima de las Yácatas de Tzintzuntzan (antigua capital del reino tarasco), aprobado por la Coordinación Nacional de Arqueología ignorando el peritaje de antropólogos y arquitectos del instituto, quienes evaluaron negativamente el proyecto por significar un peligro para los restos arqueológicos de la zona; y tras seis años consecutivos de denuncias sistemáticas, con pruebas, del daño patrimonial causado a lo largo de todo el país, el sindicato de investigadores del INAH decidió que era momento de tomar acciones más fuertes, con las que se pudiera concientizar a la población de lo que estaba sucediendo. “La gota que derramó el vaso fue Tzintzuntzan; eso fue como decirle a los pueblos indios que la conquista no ha acabado”, explica a Desinformémonos Felipe Echenique, arqueólogo, historiador y Secretario General del Sindicato de Académicos del INAH.

La toma del Museo Nacional de Antropología e Historia inició el 24 de julio, y ha consistido en permitir la entrada gratuita del público a las exposiciones tanto permanentes como temporales, así como la realización de actividades culturales como conferencias magistrales, visitas guiadas y talleres con los investigadores, algunos de los cuales cuentan con 50, 60 y hasta 70 años de trabajo en el instituto y han recibido el apoyo de los trabajadores del museo, incluyendo taquilleros y policías.

Los abusos por parte de las autoridades del INAH se han presentado durante todo el sexenio, el antecedente más grave es un proyecto de 2009, de un corredor turístico en el Estado de México, con el que se pretendía poner un show de luz y sonido, tren turístico, hoteles y restaurantes en la zona de Teotihuacán. Después de que la pirámide del Sol fuera agujereada 8 mil veces con taquetes metálicos de 20 centímetros de largo, un grupo de investigadores rodeó la pirámide de modo simbólico y presentó una denuncia. Finalmente el proyecto fue detenido por la Cámara de Diputados.

Otro caso defendido actualmente por el sindicato del INAH es el de los fuertes de Loreto y Guadalupe, en Puebla. El primero se ha vuelto a utilizar como sitio de culto, cuando no tenía esa función desde 1778, lo que pone en riesgo la protección del contenido histórico del lugar, utilizado por el ejército realista durante la guerra de Independencia. En el fuerte de Guadalupe se ha sobrepuesto una estructura metálica que anula el inmueble, y cambia su uso histórico por el de una galería.

En días pasados, Felipe Echenique recibió una demanda a su nombre, aunque en el sobre figuraba la dirección del Museo de Antropología y no la de su domicilio particular. “Esto es sólo para amedrentarnos, pero las denuncias no tienen fundamentos”, se defiende el antropólogo e historiador.

Felipe Echenique asistió a la cita en la PGR, donde le notificaron que se le acusa de daño al erario público por más de un millón 325 mil pesos, por el cierre de las taquillas del museo del 24 de julio al 5 de agosto y de apología a la violencia.

Sin embargo, explica Guillermo Molina, el dato de la cantidad que supuestamente se perdió no está firmado por ninguna instancia del INAH, ni por la secretaría administrativa, ni por la dirección general, quienes tendrían que desglosar el monto para ver si efectivamente es un cálculo real. Pero la acusación que Molina encuentra realmente preocupante es la de apología a la violencia, puesto que “eso puede ser equiparado a terrorismo”.

Molina agregó que la reapertura de la taquilla por parte de policías fue una pretensión de “provocar a los investigadores y a los arquitectos para decir que nosotros estamos incurriendo en la violencia, pero nosotros dejamos que las abrieran, no nos vamos a oponer físicamente, porque no es un movimiento violento, y precisamente porque están dándole a Felipe Echenique cargos de que está incitando a la violencia, la presencia de los policías significa una provocación para con los investigadores y los arquitectos”.

Además de la presencia policial, durante la semana pasada, los trabajadores del INAH han recibido otro tipo de presiones por parte de las autoridades de esta dependencia, “en el sentido de que están mencionando que no van a renovar el contrato de la gente que los tiene. Han amenazado veladamente a la gente que nos apoya directa o indirectamente en este movimiento. También ha habido amenazas contra los delegados, pidiendo sus nombres para llamarles la atención, gente que es de base y a la que no pueden correr, pero que de alguna manera pueden excluir como no dándoles presupuesto para sus proyectos. Son formas que están usando las autoridades para disminuir la presencia de los investigadores en la movilización que estamos realizando”.

Una de las acciones que mayor impacto ha causado en el público general, es la de regalar libros de los investigadores, ya sea que no hayas sido editados por el INAH, o que hayan sido editados pero no distribuidos, o distribuido a precios demasiado caros para la mayoría de los bolsillos. Esta y otras iniciativas, así como explicar a los asistentes todo lo que ocurre a nivel nacional por medio de panfletos y pláticas directas, ha hecho que logren recabar más de 40 mil firmas, de acuerdo con Felipe Echenique, de turistas locales, nacionales e internacionales, de expertos y artistas -entre los que destacan la actriz Susana Zavaleta y el pintor Francisco Toledo.

Las autoridades, hasta el momento, no han respondido a las demandas. De Marías se ha deslindado de las acusaciones, mientras que el secretario de Educación Pública, José Ángel Córdoba Villalobos, ha hecho caso omiso de las demandas del Sindicato. Un grupo de doce profesores eméritos redactó una carta dirigida a la presidencia de la república; la respuesta obtenida fue que sus demandas serían dirigidas a la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Mientras tanto, los trabajadores del INAH anuncian que continuarán informando a los visitantes del museo sobre su movimiento, y que durante la próxima semana anunciarán un nuevo plan de acción.

Publicado el 27 de agosto 2012