El arte de bailar y luchar

Texto: Jaime Quintana Guerrero Foto: Moisés Quintana Guerrero

México, DF. Crear una red nacional para la coordinación de actividades, información, asesoría y promoción del trabajo artístico es el propósito de la Unión Nacional de Trabajadores de la Danza (UNTRADANZA), la cual promueve el desarrollo de la actividad dancística en México.   

Fue en febrero de 2011, cuando se conformó esta agrupación que lucha por impulsar el arte y visibilizar las problemáticas de artistas relacionados con la danza, como lo es, entre otras carencias, la falta de seguridad social.

En entrevista con Desinformémonos, Argelia Guerrero Rentería, bailarina y miembro de la mesa directiva de la agrupación de artistas relata: “Todo empezó en reuniones informales, cuando nos reuníamos para tomar un café. Había cúmulos de quejas, un resumen de todos los agravios que teníamos: despidos injustificados, lesiones, demandas, abusos de autoridad, quejas laborales a las que no encontraba por dónde darles cause, en particular en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ante esa suma de agravios, y después con el contacto con otros bailarines notamos que las condiciones laborales eran muy adversas”.

De esa plática y cúmulo de quejas, explica Guerrero, nació la idea. “La primera etapa fue aglutinar a los bailarines que, como gremio, estamos dispersos. Buscamos la mejor manera de agruparnos como un sindicato, pero vimos la dispersión y lo divididos que estamos, así que decidimos conformarnos como una asociación civil. Nos asesoramos con abogados que entendieran la problemática de los artistas escénicos. Y ahora tenemos dos abogados: uno que es bailarín y una actriz”.

Nosotros definimos el nombre”, platica Argelia. “Utilizamos el término unión, pues queríamos dar a conocer la unidad del gremio. Lo de nacional es porque queremos tener alcance en todo el país, aunque es una realidad que la danza está muy centralizada en la capital. Somos trabajadores de la danza porque queremos aglutinar a escenógrafos y maquillistas. Nuestro concepto es gremial, lo de bailarines nos pareció romántico y metafórico”.

La Unión Nacional de Trabajadores de la Danza (UNTRADANZA), un organismo civil no lucrativo, explica en su página electrónica que “nace de la necesidad de aglutinar y unificar al gremio dancístico en torno a sus necesidades e inquietudes, así como de contar con el apoyo y asesoría para resolver las circunstancias laborales desfavorables que puedan presentarse”.

Como gremio y como asociación civil, UNTRADANZA puede recibir recursos por la vía de la donación. “Éstos nos sirven para darle seguimiento a casos específicos y a la promoción de la danza. Es algo que nos va ayudar muchísimo para la administración”, expone la bailarina.

UNTRADANZA promociona actividades por cuenta propia, generando ingresos para la sobrevivencia de los artistas. “Hemos gestionado en diversos centros culturales las presentaciones de otros compañeros y nos dan un porcentaje que va para la organización”.

Argelia, integrante y fundadora de esta agrupación, explica: “Los bailarines se enfrentan a las escasas oportunidades laborales, ya que son pocas las compañías subsidiadas por el Estado, como es el caso del Ballet Teatro del Espacio (BTE) y del Ballet Nacional, que desaparecieron por el abandono y el desinterés de las autoridades culturales. Al ser tan escasa esta demanda se produce un fenómeno laboral recurrente: el de la precariedad de las condiciones laborales y la casi nula existencia de seguridad social”.

Al mismo tiempo”, comenta la bailarina, “los coreógrafos dedican gran parte de su tiempo y energía en pelear por las pocas becas que pueden representar un camino para concretar sus propuestas escénicas. Estas becas cada vez son menos y más restringidas, además de ser prácticamente el único camino para obtener recursos y pagar a los bailarines”.

Para un bailarín en México es una desgracia funesta tener una lesión o una enfermedad, “ya que nosotros vivimos del cuerpo y es larga la lista de compañeros que quieren tu lugar. Te lesionas y pierdes tu chamba. El cuerpo es nuestra fuente de trabajo y la mayoría de los bailarines carecen de seguridad social”.

Otro problema recurrentemente que enfrentan los artistas escénicos es la poca promoción y difusión de la cultura, y en particular de la danza, en México, donde reina un panorama de teatros vacios. “Este escenario, en el mejor de los casos, para las compañías subsidiadas, implica sólo el desánimo en los bailarines; sin embargo la gran mayoría de los artistas obtienen su pago con un porcentaje de lo percibido en taquilla, situación que se traduce en una retribución económica que ‘ni de broma’ alcanza para cubrir las necesidades más elementales de un ser humano”, explica Argelia.

Una muestra de las consecuencias del deterioro por el abandono del Estado y de las malas condiciones laborales de los artistas fue la desaparición de la compañía de Ballet Teatro del Espacio, nacida en 1977 y dirigida durante 30 años por los coreógrafos Gladiola Orozco y Michel Descombey.

Esta compañía no sólo destacaba en México por su trabajo inagotable, sino que su reconocimiento rebasaba nuestras fronteras. “Cuando en la década de los ochenta”, cuenta Guerrero, “se recibió la visita de Rudolf Nureyev- nombrado por críticos como el mejor bailarín del siglo XX- para trabajar con la compañía dando clases y realizando trabajos coreográficos en este espacio, se demostró el prestigio de la compañía”.

El Ballet Teatro y Espacio mostraba en los trabajos coreográficos  de sus directores calidad y técnica, preocupaciones esenciales del ser humano y de la sociedad de la que forma parte. Así, en sus trabajos podíamos apreciar y reflexionar sobre temas como el amor, odio, pasión, tristeza, desencanto y esperanza, así como temas sociales de actualidad mundial como guerra, hambre, abuso, discriminación, represión y muchas otras problemáticas que confrontan al hombre moderno.

Contribuyó también a la formación de bailarines a través de su escuela de cuyas filas egresaron muchos de los bailarines que conformaron el grueso de la compañía Ballet Teatro, y que en la actualidad se desarrollan dentro de los varios proyectos independientes que aún sobreviven en el clima adverso para el quehacer dancístico. Este Ballet impulsó también la promoción de coreógrafos mexicanos, quienes eran invitados con regularidad a trabajar con la compañía, a través de la cual se conocieron y difundieron sus distintas propuestas. Tal es el caso de Bernardo Benítez, quien trabajó como bailarín y coreógrafo en esta compañía.

Es de comprender que en una mentalidad mercantilizada y sujeta meramente a la relación valor-ganancia, como la de los gobernantes mexicanos, un proyecto de la importancia y trayectoria como es BTE o el ballet independiente, desaparezcan fácilmente.

El arte no sólo es un ornamento social y la educación artística no es una mera alternativa para llenar horas en los planes escolares o una alternativa a los ‘manuales de buenas costumbres’.  El arte confronta y transgrede por naturaleza. El arte reafirma al hombre como individuo y lo reviste frente a su sociedad, a la vez que otorga identidad a este mismo conjunto social.

El arte como esencia del ser humano, ya sea como individuo o como elemento perteneciente a una sociedad, no sólo expresa quién es y cómo interpreta el universo, sino que además se observa y cuestiona se a sí mismo, su ser y estar en el mundo. Es a través de un proceso dialéctico con el arte, que el ser humano se manifiesta, cuestiona, se comunica con su entorno y se confronta consigo mismo.

Si se piensa en la sociedad contemporánea y en un país como México. Se nota que el arte no es reconocido con la importancia esencial e histórica en la conformación integral del ser humano, sino que además la desecha.

Es por esto que no sólo la comunidad artística, sino  el grueso de la sociedad mexicana debe lamentar y condenar tanto las desapariciones de compañías, como las condiciones adversas ante las que sobrevive ballet independiente.

Se deben lamentar no únicamente como una injusticia o como la exhibición de la ignorancia, despotismo y falta de sensibilidad de un gobierno ciego e ignorante, sino, sobre todo, debemos ver perdida la posibilidad de ser una sociedad verdaderamente independiente, crítica, pensante y digna. Vemos desaparecer por ‘decreto oficial’ una posibilidad de ser mejores como seres humanos y como sociedad. Es necesaria la unidad del gremio, es el primer paso para poder conseguir justicia laboral”, concluye Argelia.

Publicado el 9 de julio 2012

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2 Respuestas a “El arte de bailar y luchar”

  1. Miriam Alvarez

    Argeeeelia que gusto y satisfacción verte por aquí asciendo una excelente labor. Es un orgullo que una egresada de nuestra escuela Nellie Campobello se esté desempeñando en la forma como lo estás asciendo tu. Es muy importante y Necesario que hayan formado este grupo. FELICIDADES

  2. Hugo Molina

    Sí a mi también me dá mucho gusto saber de la labor de Arge y además de enterarme de que fué de la Nellie! un abrazo también al equipo de Desinformémonos, salud y saludos!

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