Egipto y el islam político

Yasser Shoukry  Traducción: Paulina Santibáñez y Adazahira Chávez Foto: Laura Sponti

El Cairo, Egipto. Durante treinta años, Egipto y la región árabe han sido testigos de la emergencia de los llamados movimientos del islam político. Se trata de movimientos que afirman ser la única oposición capaz de cambiar el régimen corrupto de Egipto y de la región, y bajo el lema “el islam es la solución” se presentan como los únicos que pueden resolver la crisis social que se vive actualmente.

Los movimientos del Islam político tienen dos facciones: el terrorismo armado, representado por Al-Qaeda y otras organizaciones como Jihad, Jama’a Islamya, Takfirwalhijra, Fatah al Islam, Shawqis y Anssar Mohammed, entre otros movimientos explícitos de expiación. Estos movimientos usan las armas como medio para alcanzar, bajo la bandera de la jihad (guerra santa), el tan deseado cambio que liberará al país y su gente de la tiranía. Las políticas hostiles de Estados Unidos hacia la región han ayudado a que esta facción se desarrolle y gane apoyo en defensa del Islam.

La otra facción del Islam político es civil. Está representada principalmente por el movimiento de la Fraternidad Musulmana, y tiene un carácter islamista y de Ummah (nación o comunidad). Busca lograr el cambio desde el interior. Todas las facciones de la Fraternidad Musulmana niegan los derechos equitativos de la ciudadanía. Esto se muestra principalmente en sus actitudes hacia las mujeres, las minorías religiosas y raciales; los asuntos culturales y el reconocimiento efectivo del derecho al pluralismo.

De acuerdo con la última iniciativa del gran Imamah (líder político y espiritual de la Ummah) de la Fraternidad Musulmana, se niega a las mujeres el derecho de ocupar la presidencia. Asimismo, se reitera la protección de los musulmanes contra aquellos que pertenezcan a otras religiones. En Gaza, Hamas ha lanzado recientemente una iniciativa para separar a estudiantes por sexos en todas las etapas de la educación, así como mantener a los hombres fuera de las escuelas de mujeres e imponer a las niñas el uso del uniforme escolar.

A pesar de las claras diferencias que existen entre las dos facciones de los movimientos que constituyen el islam político, existen elementos comunes que no pueden ser pasados por alto. El terrorismo comienza con una idea, cuyo ABC es la afirmación de que todo régimen político se basa en las enseñanzas del islam. Entonces entra la Jihad como supuesto medio para liberar al país de las garras de la ignorancia (Jahilya) y la tiranía.

La persona que intentó asesinar a Naguib Mahfuz, novelista famoso a nivel mundial y Premio Nobel, no había leído ninguna obra suya. Únicamente había escuchado propaganda contra su novela, Awlad Haretna, que era tachada de “atea”. Lo mismo sucedió con el mártir de la opinión, el doctor Faraj Fouda. Y en la protesta denominada «Coranes y Espadas” contra la obra Walima Li-a’shab al-Bahr, del escritor sirio Haidar Haidar, y en muchos otros eventos violentos encontramos pruebas de la misma actitud.

Sin duda, la propaganda expiatoria lanzada por la llamada tendencia moderada, ha despejado el camino para la violencia hacia grandes escritores y artistas. Sheikh Mohamed Ghazali, quien es descrito como moderado en el movimiento de la Fraternidad Musulmana, se encontraba entre los fieles eruditos que atacaron los escritos de Faraj Fouda antes de su asesinato.

En general, estas tendencias han continuado fortaleciéndose. Esto se debe a varios factores interrelacionados, que incluyen: a) el colapso de los sistemas nacionalistas, conocidos como socialistas, en la región;b) la ferocidad de los ataques coloniales que usan el pretexto de la guerra contra el terror para mantener la mano dura sobre la región y sus recursos, y c) La hipocresía de los regímenes pragmáticos dependientes que siguieron a los regímenes nacionalistas transitorios.

La manera en que estos regímenes nuevos enfrentan el islam político varía desde el ejercicio de la opresión hasta –por ejemplo- dejarse crecer la barba para ganar apoyo público. Más aún, algunos de los regímenes explotaron lemas religiosos para promover batallas terrenales. Por ejemplo, Anwar al-Sadat usó la corriente del islam político para lanzar un golpe contra la izquierda. Se llamó a sí mismo “Líder Fiel”, y a su etado el “estado de la ciencia y la fe”. Finalmente, fue baleado a muerte por aquellos que utilizó contra sus oponentes de izquierda.

Lo mismo sucedió con la administración de Ronald Reagan en los Estados Unidos, cuando apoyó a al-Qaeda en la guerra de los jihadistas afganos. Reagan alabó las operaciones del “gran mártir” y las consideró virtud del islam. Después, sin embargo, al-Qaeda se convirtió en una amenaza y se volvió contra las administraciones estadounidenses, tal como reza el dicho árabe: “la magia engañó al mago”. De todos modos, los movimientos del islam político, que distinguimos de los movimientos de la resistencia nacional, jugaron un papel fundamental al entorpecer el progreso social y la transición democrática en los países de la región.

Antes de hablar de la validez de este argumento o del rol en el cambio social de los grupos religiosos en general, y la Fraternidad Musulmana en particular, creemos importante distinguir entre dos elementos: el primero es que el islam, como otras religiones, se presenta con un mensaje que busca asegurar mejores condiciones materiales y espirituales para los seres humanos. El segundo elemento son los movimientos del islam político, que buscan una interpretación particular del islam. Lo mismo aplica para los movimientos políticos cristianos y judíos en la región y en el mundo.

Siempre han existido religiones fundamentadas en sus propias revelaciones, con interpretaciones propias de la sociedad ligadas a los conflictos sociales de su momento histórico. En el mismo sentido también es natural que la reinterpretación de los dogmas, la remoción de algunos textos y la interpretación de otros de acuerdo a la voluntad y los intereses de los grupos en lucha en un momento particular. Esta situación se ha dado incluso en el tiempo de los Profetas.

Esta diferencia social nos ayuda a distinguir entre dos conceptos del islam: la forma y la esencia.

La forma significa que los cambios en la ética del individuo dependen de los cambios en la sociedad. Por ejemplo, los grupos religiosos creen que resolver las crisis de corrupción en Egipto hará que la conducta de los servidores públicos y los gobernantes sea correcta. En otras palabras, deben ser honestos, realizar sus oraciones y ayunar en Ramadán.

Sin embargo, vemos que la regla aquí es la implementación del monitoreo público, la generalización de principios de transparencia y rendición de cuentas, así como la diseminación de los valores de integridad y justicia, y la remuneración justa al trabajador. Con base en esto, creemos que, para resolver la crisis de la corrupción debemos garantizar condiciones de mínimas de vida. Así como una solución humana práctica, mientras ensanchamos el espectro de la democracia y los derechos de la sociedad, combatimos el parasitismo y los sistemas de monopolización y dominación, características del capitalismo feroz.

Para mí, la esencia del islam requiere que se utilice más la mente que el texto; esto con base en un dicho de Profeta Mahoma que dice “tú eres más erudito en tus asuntos de palabra”. Es la esencia la que toma la justicia como una base para el mando en conformidad con el verso del Corán, que dice: “Y cuando juzgas entre los hombres, entonces juzgas con justicia” y el dicho del mensajero de Dios “Da al trabajador su sueldo antes de que seque su sudor”.

Se trata de la misma esencia que promueve la libertad de pensamiento, como lo estipula este verso del Corán: “La verdad viene del Señor. Deja creerla al que quiera, y deja que la rechace el que así lo considere”. “No hay compulsión en la religión”

Es la misma esencia que realza los valores de la equidad cuando dice: “Dios no ve sus rostros, pero sí sus corazones”, como un principio de equidad entre amos y esclavos. Éstos son sólo algunos ejemplos que, para mí, remiten a la verdadera esencia del islam, que debería ser la base sobre la que ningún desacuerdo ocurra.

Al final, del islam sólo queda la forma, incluyendo la barba, el pañuelo para la cabeza (hijab) y el jilbab. En lugar de desarrollar estos conceptos y principios, los musulmanes se han alejado de ellos. Nosotros empezamos a hacer preguntas sobre equidad de género, la legitimidad de matar personas de otras religiones, el grado de consenso del sistema Kafil1; la Sharia, y la aplicación de castigos (Hudud), sin considerar las circunstancias. Como resultado, se cortan las manos de los pobres en Arabia Saudita en nombre de la religión, mientras el robo de los ingresos petroleros por parte de sus príncipes está justificado y el islam se ha diseminado como resultado del miedo a morir por tortura y no por los principios de amor, justicia y libertad.

El poder del islam yace en el hecho de que estableció el escenario para la liberación de los esclavos. No es sorpresa, entonces, que un gran número de esclavos musulmanes han encontrado en el islam un poder de liberación capaz de liberarlos de la esclavitud. Abyssinia, en Etiopia, fue el primer refugio para los musulmanes que escaparon de sus amos en la península Arábiga, quienes rechazaban el islam porque afectaba a los esclavos.

El rey de Abyssinia era cristiano, y no un descendiente de los simios y los cerdos como describen algunos extremistas de otras religiones. El estatus de las mujeres en aquel tiempo no era mucho mejor que el de los esclavos. El asesinato de niñas era socialmente aceptado, pues se consideraba que no eran útiles para la guerra o se temía que fueran hechas prisioneras. El islam ha prohibido esta costumbre. Ése fue el inicio de la equidad de género. Pero no ha sido éste el único intento de cambio social.

Tal introducción es importante, pues resalta la verdadera esencia del islam, la cual fue expresada claramente por Caliph Alí Ibn Abi Taleb, cuando dijo: “Me asombra un hombre que no puede encontrar su comida diaria y no desenfunda su espada”. Con el paso del tiempo, sólo queda en el islam la forma del Wahhabi. Esta forma incluye la barba, el hijab, el símbolo, el lema, el Corán, la espada, el djilbab, el largo Khimar de las mujeres. También casos de expiación, versos de intimidación desde el fuego del infierno y las fetuas impuestas por jeques ignorantes que no saben más sobre asuntos de religión y vida que los loros.

Este recuento rápido de nos ayudará a entender el contenido de los movimientos del islam político en su búsqueda de poder en la era moderna. Distinguimos entre estos movimientos y los movimientos de resistencia contra la ocupación en su búsqueda de liberación, sin embargo, ciertas razones vuelven necesario criticar las armas de la resistencia cuando ésta se desvía de un objetivo específico y mata arbitrariamente con base en la identidad; y crea confusión sobre las batallas por la liberación, la islamización o la cristianización. La resistencia debería estar gobernada por la ética y las etapas de sus batallas no deberían confundirse con estaciones de metro, centros turísticos, cafés o salones para bodas.

Movimientos del Islam político en la era moderna

A principios del siglo XVIII, Egipto vio nacer la llamada Era Renacentista, guiada por Mohammed Alí, así como el intento de deshacerse de la ocupación otomana, y que algunos grupos islamistas llaman la ocupación del califato. Durante más de 500 años de ocupación, la riqueza egipcia fue saqueada y su gente fue oprimida en el nombre de la religión, lo que volvió nuestra situación similar a la de Europa en la Edad Media.

El renacimiento enfrentó varios retos impuestos por las fuerzas de la ocupación europea y las fuerzas del pensamiento religioso reaccionario. Por lo tanto, no fue sorpresa alguna que uno de los objetivos de tal experiencia fuera suprimir el movimiento de Mohammed Abbel Wahab, o lo que se conoce ahora como wahhabismo. Esto se hizo no para satisfacer al entonces gobernador otomano, sino como un conflicto natural entre el estancamiento y el progreso. Sin embargo, después de 40 años, la experiencia del renacimiento recibió un golpe por parte de los poderes coloniales, y los valores del wahhabismo fueron pasados por alto para jugar un rol central en la presentación del islam como lo conocemos hoy día.

El colonialismo propinó un golpe a la experiencia del renacimiento en Egipto a través de la ocupación directa del país a finales del siglo XVIII. Esto formó parte del plan de los países desarrollados de occidente que pretendían ocupar cuantos países fuera posible bajo un estandarte falso, a saber, la exportación de la civilización occidental al mundo no desarrollado, y no la destrucción y el saqueo de la riqueza de las naciones militarmente débiles.

Sin embargo, Egipto no se dio por vencido en su intención de convertir en realidad el sueño de la independencia. La revolución de 1919 llegó como la culminación de años de lucha, y quien conozca la historia de esa revolución encontrará que el conflicto que hasta el día de hoy no se ha resuelto, entre la independencia y el progreso, y entre el colonialismo y la reacción.

Aunque su objetivo fue llamar a la independencia del imperio británico, la revolución de 1919 empleó lemas de enorme importancia como “la religión es para Dios y la nación, para todos”, tomando en cuenta que este lema incluye los derechos de la ciudadanía. Para poner énfasis sobre la intención de este lema, el comité que fue creado por la revolución para negociar con los británicos, estaba compuesta por 12 miembros, la mitad de los cuales eran coptos.

Esta situación alcanzó un clímax cuando el representante de la ocupación británica trató de convencer a los representantes de la iglesia copta de que la existencia de la ocupación garantizaba la protección de las minorías. Sorprendentemente, el representante de la iglesia copta respondió “!que muera cada copto y que viva Egipto¡Esta fue una respuesta a la política del “divide y gobierna”. De lo contrario, ¿quién se beneficiará actualmente de la división actual en Sudán, Irak, Líbano, Somalia, Algeria, y, recientemente, Palestina? Egipto podría ser el siguiente país en la lista.

Algunos podrán decir que este es un choque de civilizaciones entre los musulmanes del este y los cristianos del oeste. Sin embargo, la verdad que estas personas buscan esconder es que un pequeño grupo de instituciones dirigidas por individuos o familias en la América cristiana o la Arabia Saudita musulmana, controlan las capacidades de su gente. Este pequeño grupo intenta convencer a su gente de que el problema del mundo recae en esta religión o ese color con el fin de mantener el statu quo. Esta es la guía a la muerte de los pobres.

El don de la revolución de 1919 es que no sólo adoptó el lema de la independencia y la ciudadanía, sino que la historia atestigua que el rol de las mujeres en todos los acontecimientos de esta revolución fue tan importante como el de los hombres. El hecho de que las mujeres egipcias se deshicieron de la burka durante la revolución fue sólo un símbolo de rechazo a los actos de esclavización emprendidos contra ellas por los hombres, tomando en cuenta que las mujeres deben cubrirse el rostro para ocultar su diablura y para no invocar la bestialidad de los hombres.

La revolución de 1919 fue aún más lejos. Todos entendieron que la independencia política sin una independencia económica era sólo un cambio de forma, más no de esencia. La revolución buscó establecer una economía relativamente independiente del centro capitalista en Gran Bretaña. Así, en 1920 se estableció el Banco Nacional Egipcio, que contribuyó después a lanzar cientos de proyectos en varios campos, cuyos trazos aún existen hoy día.

Curiosamente, si bien es cierto que la historia no vuelve al pasado, si tiene interesantes rasgos de progreso en lo que a la evolución de los antagonismos se refiere. Y es que con la ayuda del rey de Egipto, el colonialismo británico logró absorber los aspectos libertarios de la revolución. Pocos años después, en 1928, Hassan al Banna estableció el movimiento de la Fraternidad Musulmana. Este movimiento fue importante en la medida en que fue el primer movimiento del islam político en el siglo XX.

Asimismo, éste es el movimiento más importante que ha prevalecido en la mayoría de los países del mundo islámico. Es más, la mayoría (si no es que todos) los movimientos actuales de esta tendencia provienen de ese grupo. El nombre del grupo es sólo una expresión de su propio pensamiento. Se considera a sí mismo el representante de la Fraternidad Musulmana y no un grupo de hermanos musulmanes. Esto prácticamente significa que cualquiera que no sea miembro del grupo no es ni un hermano ni un musulmán.

Esta es su noción sobre los musulmanes que no son miembros del grupo, por no hablar del caso de los coptos, a quienes el grupo gusta de llamar “Nazarenos”.

La historia del establecimiento de ese movimiento prueba que sus actividades fueron pasadas por alto por el colonialismo británico y el Palacio Real. Incluso hubo coordinación entre el Palacio y el grupo, especialmente cuando sabemos que el Rey fue tentado por el deseo de ser el Califa de los musulmanes después del colapso del Imperio Otomano. Sabemos hasta qué punto el grupo cree en el régimen de califato como un pilar de la religión, aunque el Profeta mismo no señaló un sucesor en su discurso de despedida.

La convergencia de intereses del Palacio y el grupo en lo que concierne al sistema de califato no fue la única razón que ayudó a que no se prestara atención a sus actividades. El hecho de que el grupo no presentaba una verdadera alternativa económica antioccidental y anticapitalista es una de las razones principales. El choque entre el movimiento y el Palacio tuvo lugar solamente cuando el movimiento de la Hermandad aprobó a El-Noukrashi como primer ministro de Egipto.

No estoy tratando de despreciar la fe de los miembros del grupo. De cualquier manera, quiero resaltar hasta qué punto el pensamiento de los grupos del islam político en la era moderna está en contradicción con los intereses de los poderes coloniales.

Estos intereses son principalmente de naturaleza económica. Los de naturaleza política y militar son solamente los medios para lograr el objetivo supremo, a saber, la ganancia infinita. Este pensamiento se expresa en el adagio inglés “dinero habla”. La prueba de esto es cuando el colonialismo británico ayudó a establecer Pakistán en 1947, para fragmentar el subcontinente Indio sobre una base religiosa. También ayudó a Al Saoud (la familia Saudí) a establecer su reino para ser el único Estado que lleva el nombre de una familia. Está basado en el wahabismo.

Por tanto, notamos que hay una relación dialéctica entre gobierno y dominación; entre una familia que manda y un grupo que domina: “el grupo para la promoción de la virtud y la prevención del vicio”. Aunque este régimen adoptó un perfil reaccionario, los británicos no encontraron una contradicción objetiva que afectase sus intereses en la región; más aún, el Estado juega un papel vital en la prevención del progreso y la independencia.

La guerra de Arabia Saudita contra la experiencia de independencia de Egipto en la era de Abd Nasser fue solamente una prueba de esto. No obstante nuestros estrictos señalamientos sobre la falta de democracia en la era de Abd Nasser, fue de hecho la segunda experiencia de construcción del Egipto moderno después de la de Mohamed Alí.

El estado de Israel, que se estableció sobre las bases de un mito religioso sin ninguna prueba científica, se ha vuelto ahora una fortaleza de la democracia y el secularismo en la región, con la condición de que permanezca la creencia en el mito religioso fundacional.

El modelo saudí de islam y el modelo israelí de judaísmo estuvieron entre los principales factores que ayudaron a fortalecer la mano de los grupos religiosos. Por tanto, el pensamiento liberal anticolonialista o el nacionalista socialista fueron rechazados y asediados por el colonialismo.

Mientras tanto, el colonialismo no se opuso a Sadat cuando él subió al poder en Egipto, y tuvo lugar una suerte de matrimonio entre su régimen y los grupos islámicos. Por tanto, se abrió la puerta para que estos grupos enfrentaran a la izquierda en las calles egipcias, el financiamiento saudí jugó un papel clave en el fortalecimiento de estos grupos. Mientras la importancia del petróleo crecía, un pensamiento de petro-islam salió a la superficie como una referencia a este islam saudí.

En 1981, un divorcio temporal tuvo lugar entre la autoridad y estos grupos cuando Sadat fue asesinado. La situación es similar al caso en el que el león devora a su amo. Como sea, las acciones de estos grupos fueron desestimadas. Regresaron a la acción pública. Los estadunidenses buscaron su ayuda para combatir la expansión comunista en Afganistán. El así llamado grupo jihadista árabe fue establecido. Las fuerzas de seguridad egipcias y estadunidenses allanaron el camino para que los jihadistas lucharan contra el enemigo comunista en Afganistán. Los rusos fueron finalmente derrotados y los jihadistas entraron en una guerra civil, en la que cada parte creía que implementaría la voluntad de Dios. Al final, los jihadistas árabes y talibanes tomaron el control de Afganistán con ayuda de los Estados Unidos y Pakistán.

Mientras los estadunidenses usaron a los movimientos islámicos árabes para combatir la expansión comunista en Afganistán, los grupos islámicos, principalmente la Fraternidad Musulmana, lograron mantener un estrecho control en varias posiciones sensibles en la sociedad egipcia, como los gremios (farmacéuticos, médicos, ingenieros y abogados) y en varios vecindarios de barrios bajos, como Ain Shems y Matarya en El Cairo.

El financiamiento que vino del Golfo, especialmente de Arabia Saudita, jugó un papel central en la propagación del pensamiento del grupo, que explota las malas condiciones sociales para hacer que los jóvenes egipcios de las universidades y los gremios crean que la fuente de todos los problemas está en el ser humano, que se ha descarriado del camino de Dios. En otras palabras, la mancha está en la gente y no en las condiciones sociales que dan como resultado pobreza e ignorancia.

El hecho de que este pensamiento sea simple o, más específicamente, superficial; que una parte de esta generación sea pobre o esté oprimida; que las mezquitas sean usadas como lugares de culto cinco veces al día y como una plataforma para el pensamiento de estos grupos, y que su discurso no esté en contradicción con los intereses del capitalismo, llevó a una amplia capa de la clase media y los marginados a abrazar el pensamiento el pensamiento de la Fraternidad Musulmana. En vez de que la religión sea un medio para la liberación de la pobreza y la opresión, se ha vuelto un anestésico para que las mentes acepten la pobreza como destino o como una prueba de Dios, y quien quiera que lo acepte, va a cosechar la recompensa del paraíso.

Este parecido entre el pensamiento del grupo islámico, principalmente la Hermandad, y el pensamiento de la Iglesia en la Edad Media, explica la posición de la Hermandad Musulmana hacia los movimientos de cambio social. Aunque el grupo ganó casi una quinta parte de los asientos en la Casa de los Representantes de Egipto (88 de 442), que es la más alta tasa en la historia de la oposición política, sus miembros se negaron a mostrar siquiera aunque su solidaridad de palabra con uno de los más grandes movimientos de protesta social en 2008, el llamado movimiento del 6 de Abril, dirigido por los trabajadores de Al Mahalla, la ciudad industrial más grande de Egipto, junto con la mayoría de sus habitantes y miles de jóvenes e individuos que mostraron solidaridad vía Facebook o por medio de una huelga en respuesta al llamado de ese movimiento.

Quien haya visto la televisión cuando transmitió los eventos de la huelga y cómo las fuerzas de seguridad oprimieron a ciudadanos desarmados, estaría confundido entre la situación en Palestina y la de Al Mahalla ese día. Y en vez de mostrar solidaridad, la Hermandad Musulmana dejó claro que ellos no estaban involucrados en los sucesos. Uno de ellos dijo: “La Hermandad no sabe quién está detrás de la huelga”. Nosotros diríamos que la razón es la pobreza. La pobreza es la que está detrás de las protestas de los recolectores de basura, los funcionarios de bienes raíces y los campesinos en 1996, cuyo número era de más de un millón y cuyas tierras fueron confiscadas para favorecer a algunos individuos ricos.

Ellos no encontraron a nadie que los apoyara, fuera de algunos miembros de la izquierda, teniendo en cuenta que estos últimos se negaron a ser una herramienta del gobierno en su guerra formal contra los grupos religiosos y también se negaron a aliarse con los grupos religiosos. La izquierda conoce la posición de los grupos religiosos en contra de los derechos de los trabajadores, campesinos, mujeres y coptos.

Esta izquierda, que siempre se llamó a sí misma “la sal de la tierra”, se negó a tomar parte en otro proyecto de dominación bajo el pretexto de la religión, que llevaría a Egipto al mismo destino que Líbano y Sudán; de lo contrario, quién garantizaría que la propaganda de los grupos islámicos no resultaría en una guerra civil y en intromisión internacional. Como resultado, los grupos religiosos aceptarían la división de Egipto en un Estado islámico y en uno copto, porque la principal regla para los grupos islámicos es que el estado religioso es más importante que el civil. ¡El país se fragmentaría equivocadamente en nombre de Dios!

La huelga del 6 de abril no es el único ejemplo del matrimonio entre la autoridad y la Hermandad. Hay otros ejemplos en los cuales la Hermandad abortó la huelga del movimiento democrático, como es el caso de las huelgas organizadas por trabajadores, médicos y plantillas de profesores universitarios, y la simbólica huelga política general en abril, además de su posición de dos caras frente al asunto de la sucesión.

Permítanos hacer una rápida comparación entre las dos intifadas en Palestina. Todos los segmentos de la población tomaron parte en la primera Intifada (levantamiento) incluyendo a niños, mujeres, musulmanes y cristianos. Aunque solamente se usaron piedras como armas en esta Intifada, eso contribuyó significativamente a descubrir los verdaderos aspectos raciales del Estado de Israel. No obstante, la segunda Intifada, que usó operaciones suicidas, falló en hacer esto. Aunque entiendo plenamente los factores, no resultó en el mismo efecto que tuvo la primera, porque el pueblo estaba aislado; y en vez de que el cambio viniera del pueblo, vino del Emir. Al final, Israel recuperó la reputación que había perdido en la primera Intifada, porque tomó a Hamas como el perfecto enemigo que golpea fácilmente y lo representó como una facción racista y terrorista antagonista a otras religiones y a los derechos humanos en general. Esto ayudaría a aislar y golpear a Hamas fácilmente, o mejor, sus ideas pueden ser usadas para encender una guerra civil.

El tamaño de la compasión mundial por los palestinos y la presión ejercida por gente del mundo hacia sus propios gobiernos para que presionen a Israel podría no durar largo tiempo, si mantenemos la política de que la única solución para la lucha son los bombardeos suicidas: un israelí es asesinado contra cientos de palestinos árabes. También deberíamos resaltar el carácter capitalista colonial de nuestro conflicto con Israel, lo que profundiza nuestro entendimiento del conflicto e incrementa el número de compañeros a lo largo del mundo, a la vez que quita el aspecto judío de nuestro conflicto con Israel, lo que no es el tema del conflicto, y resalta el aspecto sionista racista.

El rol de los grupos religiosos en la liberación del territorio no niega nuestro derecho a criticarlos porque sus ideas son contradictorias con los derechos de los pobres, las mujeres y las minorías; aún más, lo que es el significado de sustituir un enemigo externo por una autoridad religiosa que no defiende a toda su gente. Hosni Mubarak obtuvo su legitimidad de ser el padre que libera la tierra para gobernarnos por 30 años, dejando aparte a aquello que defienden el motto de la liberación de la tierra por orden de Dios. La libertad es indivisible y si la dividimos, será arruinada. La liberación de la tierra y la libertad de los seres humanos están interrelacionadas.

Aquellos que ahora tratan de convencernos de que criticar a los movimientos del islam político significa que estamos apoyando al enemigo están equivocados, porque la batalla con el islam político no es nueva. Regresa a los comienzos de la era moderna. Ha sido una batalla entre la tendencia del progreso y la libertad y el reaccionarismo.

Aquellos que son llamados los líderes del despertar del islam moderno (Sahwa), y que son presentados por el Estado egipcio como personas educadas para los que todos los medios sean provistos, incluyendo los medios de comunicación, escuelas y universidades para diseminar su pensamiento, dieron crecimiento a las ideas fanáticas. Este pensamiento llevó a algunos hombres jóvenes a convencerse de que el asesinato de Faraj Fouda es legal, el intento de asesinato contra Naguib Mahfouz es un acto de yihad, el divorcio entre Nassr Hamid Abu Zaid y su esposa, la expulsión de Nawal Saoudi, y el llevar a Abd Mu’ti Hijazi a juicio y antes de ellos a Taha Hussein, son un deber religioso. Ellos son los sucesores de aquellos que prendieron fuego a los libros de Averroes en el pasado y veneraron el pensamiento de Ibn Taimia.

Nosotros no los llevamos a juicio cuando ellos mataron y desaparecieron a sus oponentes, o cuando manipularon la religión y la presentaron en su fotografía formal. Seríamos acusados de repetir lo que los enemigos de la nación han repetido. Ya sea que pierda mi fe en los valores de la equidad y la justicia social, tomando en cuenta que esos grupos están contra esos valores, o que ponga mi mano en sus manos dado que el cambio político puede ser más importante que el cambio social a veces, lo que finalmente resultará sólo en una impotente y metamorfoseada izquierda sin sabor ni color como alternativa a una izquierda activa que está al tanto del momento decisivo que estamos experimentando.

El capitalismo ha llevado al planeta y a los seres humanos a una de las más severas crisis que hayan existido, dada la fe incondicional en la ganancia y el individualismo, que abre la puerta ampliamente a guerras y conflictos que el capitalismo intenta iniciar usando todos los medios raciales y religiosos como una solución para llevar a esta crisis a un límite.

Caer en la trampa de que los movimientos islámicos son antioccidentales y antimperialistas es un error grave. El occidente imperialista es el que decidió ir a la ofensiva, eligió tiempo y lugar, no para su antagonismo hacia el islam como dijimos previamente, sino por la importancia estratégica de la región donde estamos viviendo para mantener una mano firme en el mundo y energía y para restringir el rol y las aspiraciones de otras potencias como China, Rusia y la India. No seamos cerrados de mente, no creemos una concepción irreal acerca de nosotros mismos. Permitámonos abrir nuestros ojos y estar mano a mano con la gente que ama la libertad y la justicia a lo largo del mundo. En vez de que el choque de civilizaciones sea la cuestión, seamos más inteligentes y tomemos el reto de la alianza entre los pobres y los oprimidos en todos lados.

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(1) Un traje envolvente exterior usado por las mujeres en algunas tradiciones islámicas con el propósito de cubrir el cuerpo entero. (2) Velo que cubre la cabeza y la cara de una mujer.

(3) Opinión formal legal (4) La Revolución egipcia de 1919 fue una revolución no violenta que abarcó todo el país contra la ocupación británica. (5) El vestido común de los hombres en algunos países árabes.

1 institución muy compleja que tiene un marcado carácter multifuncional, y que cuenta con un poderoso componente religioso.

Publicado el 9 de julio 2012

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