El Tumin: una moneda alternativa en México

Juan Castro Soto

Veracruz, México. Un día de 2010, empujados por la fuerza de los símbolos, en medio del centenario de la Revolución Mexicana y el bicentenario de la Independencia, decidimos iniciar en Espinal una pequeña independencia: nuestra propia revolución chiquita, a nuestra medida, a nuestro modo, como podíamos, en aquel pueblo olvidado al norte del estado de Veracruz. ¿Qué hicimos? Diseñamos nuestro propio sistema económico e imprimimos dinero comunitario: el Tumin. Así inició un proyecto autónomo, con nuestros propios recursos, desligado de la mano gubernamental y a contracorriente del sistema capitalista.

Al tiempo que el presidente Felipe Calderón militarizaba el país para evitar un levantamiento popular, una modesta “revolucioncita” se gestaba donde menos lo pensaban, en este pueblo donde el viajero pasa dormido, del que no espera nada y ¿quién iba a decirlo? En una de las fibras más sensibles del sistema capitalista: ¡el control del dinero! Pronto, el gobierno reaccionó y nos dimos cuenta que íbamos bien. El Banco de México denunció a los promotores del Tumin y pidió a la Procuraduría General de la República (PGR) que investigara si estábamos suplantando al peso, lo cual fue fácilmente superado.

Pero no todos veíamos esta acción con tintes revolucionarios;algunos compañeros simplemente vieron en el Tumin un mecanismo de intercambio que permitía mejorar un poco nuestra economía local y el desarrollo regional a través de lo que llamamos “Mercado Alternativo, Economía Solidaria y Autogestión”, donde el Tumin era sólo un punto de partida, un proyecto entre muchos más que son necesarios para incrementar la producción y la comercialización entre nuestros pueblos de esta región indígena del Totonacapan.

Algunos vieron en el Tumin un medio para que nuestro pueblo tuviera una personalidad propia, para que este “pueblo de paso” y sin grandes atractivos turísticos fuera digno de que lo voltearan a ver. Otros vimos el espacio propicio para empezar un camino de organización y concientización comunitaria a partir de cero, desde una comunidad donde la mayoría no tenía antecedentes organizativos ni conciencia de la realidad social, una comunidad amarrada a los programas asistencialistas de gobierno y siguiendo el juego de los partidos políticos;otros vieron la oportunidad de propiciar proyectos de desarrollo comunitario, junto con estudiantes y egresados de la Universidad Veracruzana Intercultural, cuyos objetivos son precisamente éstos.

Por su parte, otros hicieron cálculos y vieron que no perdían nada, que podían aumentar sus ventas y mejorar su economía familiar. Muchos sólo se sumaron a una aventura diferente que proponía construir un mundo mejor basado en la solidaridad, la confianza y la ayuda mutua; y que recuperaba el espíritu desinteresado del trueque,tal y como lo hacían nuestros antepasados.

Así que muchas eran las expectativas de este proyecto, tan diversas como las historias de cada quien;y, compartiendo estos distintos puntos de vista, pudimos apreciar mejor la realidad de lo que estábamos haciendo. Pero, ¿a qué se debe que el Túmin, sin que nadie se lo proponga, logre juntar todas las corrientes del pensamiento local? Porque, en efecto, participa gente de todos los partidos: del PRI, del PAN, del PRD, hasta anarquistas y zapatistas; de todas las religiones: protestantes y católicos; hombres y mujeres; ricos y pobres; jóvenes y viejos; indígenas y mestizos; de la ciudad y del campo; empleados y dueños de comercios; académicos e iletrados; del América y de las Chivas; nacionales, extranjeros, y hasta funcionarios públicos. ¿Algo anda mal en todo esto? ¿Cuál es el común denominador?

La pluralidad estaba presente en el pequeño Túmin desde un inicio, pero nadie se fijó en ello; todos teníamos en mente un denominador común: la necesidad de ayudarnos unos a otros. Fue gracias al peritaje antropológico que recientemente hizo la PGR que nos pusimos a pensar en nuestra diversidad,éste hizo que apreciáramos más el proyecto, nuestros logros y nuestra fuerza. No sabemos si a la PGR le ayudó el estudio, pero a nosotros nos hizo más fuertes.

Sin embargo, entre los propósitos del Mercado Alternativo Tumin no avanzan el fomento a la producción y la comercialización local, pues poco podemos producir si ya no tenemos los medios de producción:una de las fibras más sensibles de cualquier economía; no avanzan porque todo se ha vendido en México, y ya no se produce ni la más insignificante baratija. Tampoco las leyes nos favorecen. Qué importante es para los mexicanos recuperar la propiedad de esos medios de producción: la tierra, las fábricas, las telecomunicaciones y todo el aparato productivo nacional que ahora se encuentra en pocas manos, principalmente extranjeras. ¿Cómo se logra eso? Aún no estamos ciertos, pero el Tumin por sí solo nos está ayudando a abrir los ojos, a organizarnos y a vivir un poco mejor.

Publicado el 11 de junio 2012

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3 Respuestas a “El Tumin: una moneda alternativa en México”

  1. david jimenez

    pero que sustenta a la mineda que medidas de seguridad tiene yo soy comerciante del edo de mex y me han dado como 4 billetes falsos que hace a el Tumin infalsificable y como le hacen para que la comunidad lo valla aceptando y que usan como valor de cambio

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