El sueño de un joven inca

Testimonio recogido en Machu Picchu, Perú por Sergio Adrián Castro Bibriesca

Todos los días me despierto cerca de las seis de la mañana; a esa hora ya hay mucha luz, me baño y camino alrededor de 15 minutos hacia mi lugar de trabajo.  Será una jornada larga, trabajo de ocho de la mañana a 11 de la noche. Soy mesero en un restaurante del pueblo de Aguascalientes, el último poblado antes de llegar a Machu Picchu. Mi salario depende de las ganancias en el lugar, cuando hay temporada alta llego a ganar 70 soles al día, cuando no hay mucha gente gano alrededor de 15 soles, un poco más de cinco dólares. No hay seguro… y en realidad nada seguro.

Mi nombre es Carlos Alberto Nina Paullo, soy el menor de ocho hijos y tengo 22 años. Trabajo desde hace dos años en el restaurante Anyes para ayudar a mi mamá y para poder estudiar. Estudio en el Instituto Esitur la carrera de turismo, pues quiero ser guía de turistas, y trabajo para poder abrir un negocio relacionado al turismo y de ahí poder pagar mis estudios.

Este semestre tuve que dejar la escuela para poder conseguir plata y estudiar durante el próximo semestre, sólo me falta uno. Con lo que gano apenas me alcanza para sobrevivir.

Soy de un poblado llamado Santa Teresa, es una zona cafetalera, a unos minutos de aquí. Ya desde pequeño, desde que tenía unos ocho años, trabajaba con mi familia, así que trabajar ya sé lo que significa.

En el futuro me gustaría alejarme del Perú; primero, por la plata, y luego por la experiencia. Me gustaría conocer más lugares turísticos y trabajar ahí, pero sé que debo aprender mucho más, entre algunas cosas, otros idiomas. A la par de mis estudios en turismo, quiero estudiar, primero inglés, y luego portugués y francés.

Con los dos mil soles que puedo ganar al mes alcanza para lo necesario, pero si invierto ese dinero en mi educación, tendría que dejar para el siguiente mes la escuela y volver a juntar dinero para seguir estudiando, así que es mejor estudio seis meses y trabajo seis meses.

En mi trabajo tengo que sonreír, ser amable y estar todo el tiempo al pendiente de cualquier turista que pase por el pasillo de restaurantes e intentar convencerlos de que nuestro lugar es el mejor.

Hay veces que trabajo también en un restaurante que tiene mi hermano, aquí mismo en Aguascalientes. Mi hermano tiene ese lugar desde hace mucho tiempo y  desde que era niño le ayudaba a lavar los trastes.

La vida la veo complicada por el momento, pero confío en que los planes que he hecho, salgan lo mejor posible. En el futuro me gustaría formar una familia, pero primero debo de tener estabilidad económica, y para eso debo trabajar más duro, pues mi educación depende de que abra o no un negocio, y el día a día no permite juntar mucha plata. Por lo tanto, muchas veces debo empezar de cero. Hay oportunidades, pero debo de enfocarme en la finalidad de mis metas y seguir soñando.

Publicado el 01 de Diciembre de 2011

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