Oaxaca, México. El siguiente relato fue escrito en didza xidza (zapoteco del Rincón de la Sierra Juárez) por una estudiante de quinto semestre del Bachillerato Integral Comunitario número 1, ubicado en Guelatao de Juárez, Oaxaca, en un trabajo conjunto entre la asignatura de Lengua Materna y el Taller de Lectura y Redacción.

El lugar del silencio

Cuentan los abuelos de mi pueblo que anteriormente vivía un grupo de personas en el lugar que ahora tiene el nombre de Zoogochí. Este grupo aún no tenía su iglesia y por eso decidieron construir una. Hablaron y acordaron que se edificaría en un lugar denominado en zapoteco Lachi xhan. Dicho lugar era muy llano y estaba ubicado a noroeste del pueblo. Entonces empezaron a construir la iglesia.

Dicen que el primer día de trabajo, como a mediodía, se escuchó el sonido de un tambor tradicional y una flauta de carrizo en el centro de lo que ahora es nuestro pueblo. Sea por curiosidad o por temor a algún peligro, ellos fueron a ver qué era lo que producía aquella melodía, pero cuando llegaron ahí se puso todo en silencio y en el lugar no se encontró a nadie.

Después, regresaron al sitio de la construcción. Al segundo y tercer día de labores se escuchó lo mismo.

La noche del tercer día se reunieron todos los ciudadanos del pueblo en una asamblea en la que los constructores platicaron lo sucedido: la música no los dejaba trabajar tranquilos.

Los hombres y mujeres del pueblo escucharon unos y otros su palabra e hicieron el acuerdo de suspender el trabajo.

Al siguiente día fueron a consultar al sacerdote que se encontraba en la comunidad de Yagavila. Él les dijo que la música era una señal para que suspendieran el trabajo, y construyeran en el lugar que se habían escuchado los sonidos, y así lo hicieron.

La memoria de nuestra gente recuerda que desde entonces nunca se volvió a escuchar ese concierto de chirimía, sólo se sabe que en honor a ese acontecimiento le pusieron el nombre de Zoogochí a esa comunidad; la denominación proviene del vocablo zapoteco Guzuuchi que significa “lugar del silencio”. Con el tiempo la población creció y se hizo grande; poco a poco se forjaron los usos y costumbres, y por eso ahora hacemos una fiesta grande para recordar nuestro origen y cultivar en la memoria la leyenda comunitaria.

Guzuuchii

Rnake bëni gula’a kieru ke chiguka xhtzei tu luyuu sua kuitigas yajbila na gulikuake balake bunachi. Tersion tulsu’u gulune pensar ke nalikinike tu idau nara gulinake ke ilunelei ga’anasilei lachii xhan gusulauteke runke idau keke kati idu’u gatzajlawi dza biliyënike chi’i yagi len bëë ki gidi gatzajlawi yëdzi na’a. Na sua tu yaga giaj lachhi’i nhara guliyeajke tzajyuke bixhtuana biliyënike. Kati bichhinkena gusuchhi bëë na’. Na Zajzeke yublaka rchhinke ka guka tzuna dza na gusulauke gulunke junta. Narha gulune pensar ulikanekaschni’in na rhunke. Bëkeaj dza na guliyeajke len bixus yajnabake bixkena runka ke tibi rui lake lataj ilune chhi’in narha rhe’e lake bixus ke gana biyënike wila na’a na ililune idau narha guluneka lhen narha guzuuchhi Bëë na’a ki tuana gulune pensar ulisuake lei guzuuchi ora na’a len na’a kani suas yagagiaj lachhi’i lawi idau na gulunke.

Publicado el 01 de Octubre de 2011