Roma, Italia. Es un agosto raro el que está concluyendo aquí, en Roma. Un agosto lleno de gente. La ciudad que en agosto normalmente está habitada sólo por turistas, está hoy llena de sus habitantes. Por el desempleo y la precariedad muchos romanos ya no pueden permitirse ir de vacaciones. Hacen «vacaciones romanas», pero no es como en una película.

Mientras tanto, los «indignados» de la cultura, jóvenes, artistas y estudiantes precarios de los sectores del cine, del teatro y del espectáculo, que están luchando desde hace meses para que un país entero no pierda la esperanza y la dignidad, piensan en hacer aún más particular este mes y esta temporada.

Son los ocupantes del cine Palazzo y del teatro Valle Occupato. Dos lugares que han marcado la historia de la cultura en Roma y que corren riesgo de desaparecer, presas de hombres de negocio y especuladores conocidos.

Los jóvenes han ocupado ambos espacios, y siguen adelante desde hace meses, día tras día, y dispuestos a no perderlos, ellos mismos sorprendidos por el gran apoyo que están recibiendo de muchos lados.

El cine Palazzo surgió en San Lorenzo, barrio histórico de Roma, marcado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y lugar de referencia en la ciudad por la izquierda extra parlamentaria y el movimiento de los años setenta. El cine pertenecía a aquel barrio desde principios de 1900, y artistas como Petrolini y Romolo Balzani se presentaron allí.

En los últimos meses se había difundido la noticia que los trabajos de reestructuración que se estaban desarrollando eran para la apertura de un casino, con máquinas y juegos de azar. Estudiantes y luchadores sociales de San Lorenzo ocuparon el 15 de abril el cine Palazzo, para arrebatar ese lugar histórico a la cultura de la especulación y a los ladrones.

Mientras la ocupación se realizaba, llegó la trágica noticia del homicidio de Vittorio Arrigoni en Gaza. La euforia se apagó, pero no las ganas de resistir, también en su nombre. Así, el cine Palazzo fe nombrado Sala Vittorio Arrigoni, y cuando se llega allí, la imagen del rostro sonriente y tenaz de Vittorio te da la bienvenida en ese lugar que resiste.

La Sociedad Camene está trabajando para la apertura de un casino, y se ha activado ya en contra de la ocupación. Personajes importantes de la política italiana de centro-derecha han pedido el desalojo. Durante una conferencia de prensa revelaron los intereses ilícitos y los personajes obscuros que están detrás del proyecto del casino. Sociedad con sede en paraísos fiscales, empresarios involucrados en investigaciones judiciales por intereses ilícitos y fraudes fiscales, políticos señalados como cercanos a organizaciones criminales: una cadena entrelazada de sujetos que hace pensar que el casino podría ser la mejor manera para reciclar dinero.

Desde abril la Sala Vittorio Arrigoni se abrió para el barrio y para la ciudad, y alrededor del grupo de estudiantes y luchadores sociales se ha formado una red solida de artistas que comparten el proyecto y las aspiraciones. Nombres reconocidos del teatro, del cine y de la cultura se ponen a disposición, organizan iniciativas y encuentros, debaten a la par con los que ocupan. Nace la loca idea de seguir adelante.

En junio los ocupantes de la Sala Vittorio Arrigoni saludaron a los trabajadores precarios del sector del espectáculo que han ocupado otro lugar simbólico de la cultura en Roma: el teatro Valle. El teatro había cerrado hace pocos días, después de que la última reforma financiera del gobierno canceló el Ente Teatrale Italiano, instituto estatal que gestionaba el teatro. Era posible que hicieran una subasta que daría en concesión el teatro a aquellos dueños privados que pusieran más dinero.

Los trabajadores del sector del espectáculo, en lucha desde hace meses en contra de los drásticos recortes a los presupuestos para la cultura, ocuparon el teatro pensando en una acción simbólica de unos pocos días para llamar la atención sobre el destino del teatro. Nunca habrían pensado que después de casi tres meses aún estarían allí, y que serían aún más. En este caso la sorpresa radica también en el apoyo alrededor de los ocupantes del Valle. Un montón de gente de todo tipo llena el teatro, llevando apoyo concreto y energía vital. Actores famosos como Mariangela Melato y Elio Germano o cantantes como Jovanotti, además de escenógrafos, técnicos de sonido, bailarines, actor de doblajes, directores, todos llegan al teatro Valle, proponen debates, animan las asambleas, organizan conciertos y espectáculos teatrales. El teatro se llena de vida, así como el proyecto para el futuro.

La política se mueve, propone ponerlo bajo la gestión del teatro de Roma por un año, busca soluciones técnicas. Pero el teatro ocupado ya tiene alas, y como dice la pancarta que te da la bienvenida cuando entras, «¡Cómo es triste la prudencia!», ahora sueña y rechaza las propuestas inadecuadas. Quieren un teatro que sea un bien común, desligado de los administradores elegidos por los políticos, cuyo director sea una persona independiente que quede en el cargo por tres años, y que sea elegido por los que hacen teatro. Quieren un teatro que promueva nuevos lenguajes, la búsqueda de lo contemporáneo, que dé un espacio y energía a jóvenes talentos, que se abra a la ciudad con participación. Y están mostrando que es posible, lo están logrando día por día. A pesar de las declaraciones de los secretarios de gobierno y de los directores de la cultura, la gente del espectáculo y la gente común los comprende y los apoyan en muchas formas.

Incluso el teatro Valle Occupato ganó un importante premio teatral, el «Premio Salvo Rondone 2011» y en septiembre estarán en el Festival de Cine de Venecia.

La cita es el 30 septiembre, día en que se realizará una gran asamblea pública para platicar todos juntos sobre las políticas culturales en Italia y sobre el futuro de lugares históricos como el Valle.

En estos días, los ocupantes del Valle y de la sala Vittorio Arrigoni siguen adelante, con dignidad y poca prudencia.

Publicado el 01 de Septiembre de 2011